lunes, 25 de agosto de 2014

Gran ruta de BTT: Canicosa de la Sierra – Aranda de Duero; parte II.

 

 

 
La semana anterior nos quedamos en Hontoria del Pinar, a las puertas del Cañón del Río Lobos. Seguimos desde ahí, pues.

En Hontoria, acumulados unos 20 km. - como en hora y media - y hemos salvado la parte orográficamente más difícil de la ruta, aunque a falta, aun, de su mayor desnivel que encontraremos nada más superar por el Puente de los Siete Ojos; pero esto lo contamos luego. En Hontoria nos tomamos un descansito, reponemos agua, comemos algo… Y, al abandonar esta localidad, nos dirigimos hacia el sur, adentrándonos en la Cañón del Río Lobos.

El Río Lobos está seco, puesto que estamos lejos de la época de deshielos y recientemente no hubo lluvias fuertes, lo que podría haber dificultado los próximos 11 kms. de modo importante. Por contra, pensamos, sería inútil venir aquí con la piragua, como hicimos hace ya algún tiempo… Una jornada bien interesante aquélla…

El tramo entre Hontoria y el Puente de los Siete Ojos lo valoramos como, quzá, la parte más bonita de la ruta, o casi; y es que transcurre por el fondo del cañón, por una senda  que evita el cauce al seguir, en general, la orilla derecha, aunque lo cruza en varias ocasiones; serpea continuamente por entre el arbolado de fondo, evitando a derecha e izquierda el roquedo, cuevas y surgencias y sumideros - activos solamente en los periodos de grandes lluvias y deshielos y visitables solo con técnicas espeleológicas -, sinuosos meandros y barrancos....

En el lecho arenoso llama la atención la profusión de canutillos de tricóptero, a la espera de condiciones ambientales propicias; en lo alto los buitres y las cazadoras, que se aprovechan del propicio hábitat del Parque. Los paredones de caliza que, continuamente, nos rodean resultan verdaderamente impresionantes vistas desde aquí abajo y el crepitar de los tacos de las ruedas en cantos y arenas reverberan en un peculiar eco, durante los escasos silencios que permite el paso de tanto BTTero.

Del Puente de los Siete Ojos para abajo, quedan otros 10 km. de fantástico cañón, hasta el paso de Ucero, pero están fuera de la trayectoria de hoy, ya que allí tomamos, hacia al derecha (hacia el oeste): un “pedazo” cuesta de 175 m. de desnivel y unos 2 km. “estupendos” (casi el 10% de media) y que en sus 1ºs. 500 m. ascienden unos 100 (casi 20 %). ¡Divertidísimo!, ya decimos. El descenso desde el alto (a casi 1200 m.) hasta la dehesa boyal, en el valle, va primero por una impresionante cornisa, seguida de una espectacular bajada por un vértice que la pared dibuja en una de las arrugas del Vallejo de la Sierra.

A partir de aquí, si bien el recorrido no pierde belleza, interés, aromas…, puesto que continua recorriendo, siguiendo y atravesando, valles, aguas, bosques, monte bajo, etc., hay que reconocer que la emoción del recorrido baja un punto, ya que deja atrás los grandes desniveles y la tendencia es descender más suavemente según que nos acerca al Duero, nuestro objetivo en Aranda. Sin olvidar que, casi en mitad del recorrido, tiempo y distancia se acumula en la piernas y la ruta se transforma, en parte al menos, en carrera de resistencia, pues aun queda mucho y parte de la motivación es seguir disfrutando, pero también el reto de poder con la kilometrada, el reloj e, incluso, con nosotros mismos.

Kilómetro 46, Orillares; en el 47 en un pequeño cañón, trabajo del río Pilde, el avituallamiento. Felipe (“Lipín”), con su furgoneta, toldo, mesas, sillas, cervezas y refrescos en hielo, tortillas, pan, lazos de Soria, frutos secos, barritas y geles energéticos… El “menú” completo y perfecto para reponer fuerzas y descansar un rato; ¡esto es organización, montón de gracias David y Felipe!. Unas fotos y, ¡venga, seguimos!. Y es que el tiempo vuela, hemos llegado a las 12 45 y son las 13 15…

Transitamos entre los ríos Espeja y Pilde, superamos a izquierda y derecha pueblos como Hinojar, Alcubilla, Coruña – entramos en la cuenca del río Arandilla -, Alcoba, Brazacorta, Arandilla…, estamos en la Ribera, superamos Peñaranda y por San Juan viramos hacia el Duero y el sur del Monte de la Calabaza, que sendeamos con la alegría de las 10 de la mañana… Es curioso, los kilómetros, ahora, parecen no pesar; ¡Se nota que llegamos a casa!: La Colonia, Cantaburros, el Parque de la Isla, el del Barriles… ¡Estamos en casa, enhorabuena!. Son las 5 y 10 y los GPS marcan entre 100 y 102 (?) km.  Unas fotos y ¡nos vemos luego para el chuletón!.

¡Mil gracias, Tábanos!; a todos, especialmente a los que se ha trabajado la ruta, una maravilla.

¿Quieres venir y disfrutarlo?.

En Kinedomus Bienestar, tenemos a tu disposición toda la información y ayuda para preparar tu jornada.

¡Feliz escapada!

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